Este domingo 21 de febrero de 2016, se celebraba en el País Vasco, concretamente en Lezo (Guipuzcoa), la tercera edición de la carrera de montaña Lezo-Jaizkibel.
En esta ocasión, la prueba tenía un añadido muy especial ya que contaba con un componente solidario, destinando el coste de la inscripción, 1 euro por cada participante, a la ONG Juneren Hegoak de Errenteria, que ayuda a familias con niños con enfermedades graves, y más concretamente este año se donaba la ayuda para familias que sufren Deleción 1p36 y allí estaba nuestra Eunate en representación de esta asociación.
Para ello organizaron una carrera solidaria para los niños que se celebró a las 10:15 h. en la Plaza de Lezo con 5 categorías, de 0 a 2 años, de 3 a 5, 6 a 8, 9 a 12 años y 12 a 16 años. Como podéis ver en las fotos que acompañan a este artículo el ambiente fue fantástico y más que una competición, lo que se vivió fue una auténtica jornada de solidaridad, cariño y amistad.
A continuación compartimos las palabras de Irene, la mamá de Eunate, en las que nos cuenta la experiencia vivida, sensaciones y sobre todo agradecimiento a esa gran familia que tienen en ese maravilloso entorno donde viven.
«Soy una persona a la que le gusta tener todo bajo control. De esas que tienen arranque para organizar cosas pero a las que nos cuesta delegar. Hoy he aprendido que hay veces en las que hay que dejar que simplemente las cosas fluyan, sin estar calculando lo que vendrá después.
Nada más despertarnos hemos recibido un bombardeo de whatsapps, todos a la vez. Eran nuestros amigos dándonos los buenos días uno a uno! Y al leerlos, pudimos comprobar sorprendidos que todos tienen el logo 1p36 en su perfil.
Al recorrer en coche el escaso kilómetro que separa nuestro pueblo del vecino, vemos una hilera de globos rosas, también con el logo, marcando el camino.
Poco a poco va llegando la gente y todos, niños y mayores, con sus camisetas expresamente hechas para este día.
Al rato veo asomar una marea de globos rosas (500). Nos quedaba algo más por ver? Sí.
Tras la carrera llegaba la hora de dar protagonismo a Eunate, y con ella a la asociación. Nos han presentado ante la multitud y han arrancado un fuerte aplauso de varios minutos de duración. Momento difícil. Nosotros no hacíamos más que estar allí, pero aquél aplauso no cesaba y yo empezaba a flaquear.
He respirado, mirado a mis niñas y he podido empezar a hablar. Sólo quería poder llegar al final de mis palabras sin emocionarme y creo que lo he conseguido porque solo me ha temblado la voz con las últimas tres palabras. Pensaba que ya podía relajarme, pero aún nos esperaba un precioso vídeo. Ahí sí que ya no he podido más, he reventado y simplemente me he dejado llevar por las emociones creyendo que me ocultaba en la oscuridad de la sala.
En fín… que somos muy afortunados por la gente que nos rodea, que nos apoyan, nos quieren, y por supuesto, les queremos.
No tengo ni la más remota idea del dinero recaudado hoy. Pero lo que sí sé es lo mucho que se han cargado mis pilas.»
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