Hoy 13 de mayo se dedica el día a los niños y niñas hospitalizados, y desde hace un tiempo distintas organizaciones dedican parte de su tiempo a hacer que esas estancias en el hospital les sean un poquito más amenas, divertidas, … a quitar esos «miedos» a las batas blancas, a hacerles sonreír a ellos y a sus familiares, en definitiva a hacer que ese tiempo en el hospital les sea un poquito mas agradable.
Payasos, malabaristas, clowns, cuentacuentos, artistas, músicos, cantantes, magos, ilusionistas, bomberos,… son algunos de los «personajes» que pululan por los hospitales y van repartiendo su cariño y sus habilidades entre los peques y mayores que por pasillos, consultas, habitaciones se van encontrando, unos «pacientes» que disfrutan de momentos mágicos que sólo ocurren en los hospitales.
Entre estas asociaciones y fundaciones están Abracadabra, Aladina, Saniclown, … … y por supuesto, Sonrisas por Tiritas en la que tengo el gustazo de colaborar desde hace ya dos años.
Sonrisas por tiritas y los doctores y doctoras Tirita, nacen de la mano de la Asociación de Iniciativa Social Berce, fundada en el año 1.995, en la ciudad de Vigo por un grupo de voluntarios que compartían la misma inquietud y sensibilidad por el bienestar de los menores residentes en los centros de protección de esta ciudad. Este grupo de voluntarios se asoma a la realidad de la protección de menores desde la animación socio-cultural en el tiempo libre para, posteriormente, iniciarse a través de la Asociación Berce en el campo de la atención profesional de estos menores.
Al acompañar a esos menores en sus visitas a los hospitales vieron la necesidad de que alguien animase esas estancias y propusieron este proyecto a diferentes empresas y profesionales de la provincia que gustosamente aceptaron naciendo así Sonrisas por Tiritas, que cuenta ya con unos 30 «doctores y doctoras» que pasan «visita» en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo.
Cuando entro en el hospital me tranformo en el «Doctor Wocky«, que junto a su bebé dragón Federico, es uno de esos «doctores tirita«. Así nos llamamos porque dejamos a todos nuestros «pacientes» una pegatina-tirita a cambio de una sonrisa.
Esta es sin lugar a ninguna duda la mejor experiencia de mi vida, ver como esos peques (y mayores) dejan a un lado sus dolores, molestias, preocupaciones y no regalan sus sonrisas y complicidades es algo que no tiene precio. Puede parecer duro, y de hecho mucha gente nos lo comenta, pero para mi es una recarga total de energía cada vez que visito el hospital.
Mi maleta-botiquín de mago se va llenando poco a poco de anécdotas, recuerdos, amigas y amigos, y de sonrisas, de muchas sonrisas.